Es la primera manifestación compleja de un culto a la muerte y a los antepasados en la costa árida sudamericana. El proceso de momificación pasó por distintas etapas: al principio sólo se momificaba a los recién nacidos y a los niños, utilizando colores llamativos y acompañándolos con figurillas de barro. En el clímax de la cultura, hacia 3000 a.C., se momificaban representantes de todos los miembros de la sociedad y de todas las edades (hombre, mujeres, niños, adultos y ancianos), embadurnándolos con pigmentos rojo, negro y café. Durante el ocaso de esta cultura, sólo se aplicaba mascarillas de barro.
Al parecer, las momias no se enterraban, sino que eran instaladas de pie, formando parte activa de los campamentos, tal vez como una marca territorial del linaje del grupo a partir de un ancestro común.
Según los científicos todo el proceso de momificación correspondería a una amplia cosmovisión respecto al significado de la vida y de la muerte que fue manejada por los Chinchorro.
Esta técnica funeraria presuponía no sólo un elaborado culto a los muertos, sino también amplios conocimientos empíricos de anatomía humana, disección o extracción de órganos, trepanación y desecac
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